Ceguera espiritual

Reflexión dominical: 1º Corintios 13:1-13 | Lucas 18:31-43

Los que ven están ciegos espiritualmente, mientras que el que está ciego puede ver (Lucas 18:31-43). Jesús les dice a sus doce apóstoles que va a subir a Jerusalén para sufrir, morir y resucitar, pero ellos no pueden entender ni comprender lo que dice. El significado de sus palabras está oculto a su vista. Sin embargo, mientras Jesús se dirige a Jerusalén, un ciego le pide misericordia. Este ciego ve que Jesús es el Mesías, el Salvador, pues le llama “Hijo de David”.

En efecto, Jesús es el ungido del Señor, es el amor encarnado del Padre que sufre mucho y es bondadoso, que no se envanece, que nunca nos falla (1º Corintios 13:1-13). Jesús abre los ojos de los ciegos para que le vean no según las apariencias externas de humildad, sino según su corazón de misericordia y compasión. Los que le contemplan así por la fe le siguen hasta la cruz a través de la muerte hacia la vida.

Autor: Reverendo Mario Sánchez

 

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