Meditación: Jeremías 23:5-8 / Mateo 21:1-9
La Iglesia desde siempre ha enseñado y predicado sobre la humilde venida de nuestro Señor. «He aquí que tu Rey viene a ti, manso y montado en un asna y un pollino, hijo de animal de yugo» (Mateo 21:5). Así como Cristo nació en un humilde pesebre, Jesús cabalga a Jerusalén humildemente en un burro.
Porque Él lleva el pecado del mundo. Él es el Hijo de David cabalgando hacia su destino en la cruz, donde se muestra a sí mismo como «El Señor es nuestra justicia» (Jeremías 23:5-6). Nuestro Señor todavía viene con gran humildad para entregarnos su justicia y su perdón por medio de su Palabra y los Sacramentos.
Antes de recibir el verdadero Cuerpo y la verdadera Sangre de Cristo, también cantamos: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!» (Mateo 21:9). Y cuando recibimos el Santo Sacramento, ponemos nuestros corazones en su regreso en gloria, porque «la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe.» (Romanos 13:11b).
Autor: Reverendo Mario Sánchez
Citas bíblicas: Biblia de Jerusalén, 1998 ©