Dios escucha nuestras oraciones

PROPIOS DE LA MISA

PROFECÍA
Jeremías 31:10-14
SALMO
Salmo 64 (63):3; 20 (19):3
EPISTOLA
Efesios 2:11-22
EVANGELIO
Lucas 18:1-8
LAUDES
Salmo 95 (94):1

Reflexión dominical

La oración, como se refleja en Jeremías 31:10-14, Efesios 2:11-22 y San Lucas 18:1-8, se convierte en un puente que une nuestra necesidad humana de restauración, unidad y perseverancia en la fe con la promesa divina de gracia, reconciliación y respuesta.

En Jeremías 31:10-14, vemos cómo la oración es una respuesta a la promesa de restauración de Dios. Cuando nos encontramos en tiempos de dificultad o lejanía de Dios, como Israel en su exilio, la oración se convierte en un medio para buscar la restauración y el favor divino. Dios escucha nuestras súplicas y responde con amor y gracia, trayendo alegría y plenitud a nuestras vidas.

En Efesios 2:11-22 nos muestra que la oración también está relacionada con la unidad en la fe. A través de la oración, reconocemos que en Cristo Jesús, judíos y gentiles son reconciliados en un solo cuerpo. La oración fortalece nuestra conciencia de comunidad en Cristo, nos ayuda a superar divisiones y a trabajar juntos en armonía.

En el evangelio de San Lucas 18:1-8 resalta la perseverancia en la oración. Jesús nos anima a orar constantemente y no desanimarnos, confiando en la justicia y el amor de Dios. La parábola del juez injusto muestra que, incluso cuando las respuestas parecen tardar, la persistencia en la oración lleva a la justicia divina y a la respuesta a nuestras necesidades.

 

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