PROPIOS DE LA MISA | |
PROFECÍA | Ezequiel 28:21-23 |
SALMO | Salmo 79 (78):8-9 |
EPISTOLA | Efesios 4:17-24 |
EVANGELIO | Lucas 19:1-9 |
LAUDES | Salmo 118 (117):25 |
Reflexión dominical
Ezequiel 28:21-23 nos presenta un pasaje que habla de la ira de Dios contra Tiro, una ciudad que se ha enorgullecido de su sabiduría y riqueza. Este pasaje nos recuerda la importancia de la humildad y la necesidad de reconocer la soberanía de Dios en nuestras vidas. La soberbia y la vanidad pueden alejarnos de la presencia divina, pero la humildad abre la puerta a la gracia.
Efesios 4:17-24 nos exhorta a abandonar la antigua naturaleza pecaminosa y a revestirnos de una nueva naturaleza, creada a imagen de Dios. Aquí, vemos la idea de la conversión y la transformación espiritual. Los sacramentos, como el Bautismo y la Eucaristía, son medios a través de los cuales los creyentes participan en esta transformación, muriendo al pecado y resucitando en Cristo.
Lucas 19:1-9 narra la historia de Zaqueo, un recaudador de impuestos que experimenta una profunda transformación después de su encuentro con Jesús. Zaqueo decide devolver cuatro veces lo que ha defraudado y buscar la reconciliación. Este pasaje resalta la importancia del arrepentimiento y la gracia de Dios que perdona y restaura a aquellos que se vuelven a Él.
La reflexión teológica y sacramental a partir de estos textos nos recuerda que la gracia divina está siempre disponible para aquellos que buscan la transformación espiritual y la reconciliación con Dios. Los sacramentos son canales de esta gracia, permitiendo a los creyentes participar en la muerte y resurrección de Cristo y ser renovados en su imagen. Al igual que Zaqueo, todos podemos experimentar una profunda transformación espiritual cuando nos encontramos con Jesús y respondemos con arrepentimiento y humildad. Estos pasajes bíblicos nos animan a buscar constantemente la renovación espiritual y a vivir en la luz de la gracia divina.
