II Domingo después de Pascua – Misericórdia Dómini | |
INTROITO | Salmo 32:5-6; Salmo 32:1 |
EPÍSTOLA | 1º Pedro 2:21-25 |
ALELUYA | Lucas 24:35; Juan 10:14 |
EVANGELIO | Juan 10:11-16 |
Reflexión dominical
Nuestro Señor Jesús es el Buen Pastor (Juan 10:11-16). No es como el asalariado, que no se preocupa por las ovejas y huye cuando ve venir al lobo. Por el contrario, Jesús es el Buen Pastor que busca a sus ovejas dispersas para recatarlas. Las congrega y las alimenta en ricos pastos. Cura a los quebrantados y sana a los enfermos. Da su vida por las ovejas descarriadas y descarriadas.
En la cruz, Jesús soportó en su cuerpo los ataques de los depredadores del pecado, de la muerte y del diablo por ti, para que pudieras ser salvado. Ahora Cristo vive para restaurar tu alma en las aguas tranquilas del bautismo, para guiarte por los caminos de la justicia con la voz de Su Evangelio, para preparar ante ti la mesa de Su santa cena, para que habites en la casa del Señor para siempre. “Porque erais como ovejas extraviadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas.” (1º Pedro 2:25).
Autor: Reverendo Mario Sánchez Caballero