PROPIOS DE LA MISA | |
PROFECÍA | Jeremías 32:26-35 |
SALMO | Salmo 65 (64):2-3 |
EPISTOLA | Efesios 3:1-7 |
EVANGELIO | Lucas 18:15-17 |
LAUDES | Salmo 102 (101):2 |
Reflexión dominical
Las lecturas de Jeremías 32:26-35, Efesios 3:1-7 y Lucas 18:15-17 están interconectadas por el tema de la relación entre Dios y la humanidad, destacando la importancia de la fe y la revelación divina.
En Jeremías 32:26-35, se muestra la desobediencia y la incredulidad del pueblo de Israel, lo que resulta en la destrucción de Jerusalén y el cautiverio en Babilonia. Esta lectura resalta la necesidad de arrepentimiento y restauración de la relación con Dios.
Efesios 3:1-7, por su parte, habla de la revelación divina a través del apóstol Pablo. Pablo comparte cómo Dios le reveló el misterio de Cristo a él y a otros apóstoles. Este pasaje subraya cómo Dios se revela a la humanidad a través de sus elegidos para fortalecer la fe y la comprensión de su plan divino.
Lucas 18:15-17 registra una enseñanza de Jesús en la que destaca la importancia de la fe y la humildad de los niños. Jesús dice que el Reino de Dios pertenece a aquellos que lo reciben con una fe simple y humilde, como lo hacen los niños.
La relación entre estas lecturas radica en la necesidad de una relación restaurada con Dios. Jeremías muestra las consecuencias de la incredulidad y la desobediencia, mientras que Efesios 3:1-7 muestra cómo Dios revela su plan de redención a través de sus elegidos. Lucas 18:15-17 enfatiza la fe y la humildad como el camino para entrar en el Reino de Dios. Juntas, estas lecturas subrayan la importancia de la fe, la revelación divina y la restauración de la relación con Dios.
