V Pentecostés – Reconciliación Fraterna

(Propios de la misa)

INTROITO
Salmo 26:7.9; Salmo 26:1
EPÍSTOLA
1º Pedro 3:8-15
GRADUAL
Salmo 83:10; Salmo 83:9
ALELUYA
Salmo 20:2
EVANGELIO
Mateo 5:20-24

Reflexión dominical

Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos” (Mateo 5:20). Dios exige de ti nada menos que perfección y santidad respecto a Sus mandamientos (Éxodo 20:1-17). Tu única esperanza, pues, no está en tu propia bondad, sino en la bondad de Cristo, que no vino a destruir la Ley y los Profetas, sino a cumplirlos por ti y por mi.

En Cristo, vuestra justicia supera en verdad a la de los escribas y fariseos. Porque habéis sido bautizados en la muerte de Cristo y crucificada vuestra naturaleza pecadora. Por tanto, el que ha muerto ha sido liberado del pecado (Romanos 6:1-11). Ahora habéis resucitado con Cristo para caminar en una nueva vida y participar en su resurrección en el último día. Cristo os ha sacado a través del mar bautismal “te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre” (Éxodo 20:2). Por tanto, “consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús” (Romanos 6:11).

Ahora con el amor de Dios conocemos que es amar y perdonar. “No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto; por el contrario, bendecid, pues habéis sido llamados a heredar la bendición.” (1º Pedro 3:9). Buscar siempre el bien que Cristo nos ha regalado y compartir esa alegría con los demás, manifestando así nuestra nueva vida cristiana; “Apártese del mal y haga el bien, busque la paz y corra tras ella” (1º Pedro 3:11).

Autor: Reverendo Mario Sánchez

 

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